EL ÁNGEL CHOFER

El Padre Alessio Parente, íntimo colaborador del P. Pío de Pietrelcina, cuenta
que un día, un amigo suyo, había viajado en su coche de Firenze a san Giovanni
Rotondo para confesarse con el Padre Pío y escuchar la misa. A medio camino, se sentía
cansado y se quedó en una estación de gasolina para tomar un café y descansar. Y
después decidió continuar, a pesar de estar ya muy oscuro. Dice el protagonista
Piergiorgio Biavati: Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante y,
después, no recuerdo nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas,
manejando al volante. Cuando ya estaba enfrente de la iglesia de san Giovanni
Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: “Ahora toma tú mi puesto”.
Se sintió tan sorprendido que, después de la misa del Padre Pío, fue a la
sacristía a hablar con él. Y el Padre Pío le dijo: “Has dormido durante todo el viaje y el
cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.

¡De cuántos accidentes nos habrá librado nuestro ángel! María Simma, la
conocida mística austríaca, que tenía el carisma de ver a las almas del purgatorio, que
venían a pedirle ayuda, en su libro Hacednos salir de aquí dice: Hoy es muy importante
retomar la devoción de los ángeles custodios, porque los espíritus malignos están por
todas partes. Cuanta más confianza tengas al invocar a tu ángel, más te ayudará.
Muchos accidentes de carretera son producidos por el demonio. Por eso, debemos
invocar al ángel del chofer y de los pasajeros, antes de partir, para estar protegidos de
cualquier dificultad. También es bueno invocar a los ángeles de los choferes de los
otros coches, que encontraremos en el camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario