EL CASO DE SCTOTT WOLTZE

Sctott Wotze es un hombre conocido en los cícrculos ctaólicos estadounidenses. De delincuente juvenil y feroz presidiario pasó a convertirse en un devoto católico que transmite su mensaje de pacifismo,amor y solidaridad tras una experiencia mística. La custión es que antes de vivirla,Scott estaba ya en una fase de reconducir su vida hacia la honradez y la honestidad,y antes de ello,vivió una típica experinecia de salvación de una voz invisible que le advertía de un peligro.

Y es que Sctoo se salvó en un accidente porque oyó "una voz". Conducía su coche, paró en un semáforo, y un camión bloqueaba su visión lateral. Se puso verde, se preparó para avanzar. "Una voz, calma pero seria, vino, fuera de mí, y dijo: "No vayas". Quedé asombrado, y no me moví: no por obediencia, ¡sino porque me había aturdido oir una voz! No había nadie, las calles estaban vacías". En ese momento pasó un coche a toda velocidad que le habría arrollado y sintió que había salvado su vida por esa voz.

Scott reflexionó sobre el suceso: "Veamos esta evidencia. Debe haber seres inteligentes junto a nosotros que nos protegen, como ángeles", se planteó como hipótesis de trabajo, en frío. ¿O eran quizá extraterrestres amables? Pero parecía menos creíble. Él no creía en lo sobrenatural, pero se mantenía intelectualmente honesto. No podía autoengañarse con cháchara autoconvincente sobre "intuición" o "instinto natural", afirma. "Yo oí lo que oí; no se si fue una voz interior o exterior, pero no podía explicarlo científicamente. Lo guardé en mi corazón y me maravillé".


Má tarde vivio su hermosa experiencia mística: "Mientras giraba una esquina con mi cortacésped, de repente, toda mi persona resonó con una intervención divina. Una voz tranquila desplazó cualquier otro pensamiento y sensación, y clara y plenamente presente en mi mente, dijo: Te amo, y te perdono. Al terminar estas palabras, un inmenso amor que nunca creí posible ardió en mi pecho como un horno. Era un amor que consumía, pero a la vez era suave; lentamente se extendía de mi corazón a mi cabeza y hacia mis pies. Con ese amor, Dios colocaba en mi mente -como quien pone cosas en la estantería- dos convicciones. Primera: que quitaba el peso de mis hombros, la desconfianza, el cansancio y la fiereza del ex-presidiario. Segunda: la promesa, la intención de Dios, de restaurar en mí el niño que había sido 25 años antes. Dios me devolvía a mí mismo".

De esa experiencia mística, Scott sacó las fuerzas para convertirse en un hombre nuevo,y antes de Dios,un ángel o protector ya le salió al encuentro.


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